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Letras que se juntan para formar palabras. Palabras que se juntan con o sin sentido para dar forma a unas frases. Frases que llegan al alma, que resuenan, que hacen sentir. Mi idioma.

He vuelto

lunes, 8 de marzo de 2010

Capitulo 4 - El bar


Dejé el periódico en la repisa del asiento delantero, después de leer esa frase que tanto me dio de pensar.

Noté que el tren disminuía de velocidad, así que supuse que dentro de poco haría su primera parada. Mientras tanto, decidí ir en busca del bar del tren para tomarme algo.

Tenía que mantener bien el equilibrio, ya que el tren estaba reduciendo la velocidad y esto hacia difícil mis pasos. Llegué a la puerta que comunicaba vagón con vagón, la abrí y me dispuse a cruzar hasta el otro vagón. Justo cuando una sensación extraña irrumpió mi cuerpo.

Estaba aturdido, atolondrado. Parecía que iba a sufrir un pequeño desmayo, cuando repentinamente se me nublo la vista, y cerré fuertemente los ojos.

Estaba en el suelo, no sabía exactamente dónde, pero inmediatamente me di cuenta. Había cruzado al otro vagón, me levanté por mis propios pies, intenté caminar sinuosamente, aunque me di cuenta de que algo extraño había pasado en mi cuerpo.

Me senté, por un momento, en un asiento de ese vagón. Me vinieron a la mente imágenes y pensamientos chocantes, pero poco después recordé que antes de haber sufrido la caída, iba en busca del bar del tren. Pensé que a lo mejor el pequeño mareo que había sufrido, podría haber sido causa de que desde que me había levantado, y con un poco de prisa por todo, solo me había dado tiempo a tomarme un vaso de leche con colacao, y en el taxi una madalena que había cogido de casa.

Así, que otra vez, me levanté del asiento e iba caminando por el pasillo y vi a lo lejos el bar.

Después de varios intentos, estaba sentado en el taburete. Al momento, el camarero me preguntó:

¿Qué desea este niño, y qué hace que no está viendo la película que han puesto hace un rato del Capitán Hook?

Un poco extrañado, después de escuchar esa pregunta, me giré para ver si había alguien detrás de mí, porque me extrañaba que se dirigiera a mí de esa manera.

Sí, sí, no te gires que no hay nadie más. Toma una piruleta de regalo, y ahora dime qué quieres. ¿Vienes a hacer un recado que te ha pedido tu mamá?

Ignoré todo lo que me decía y le dije: La verdad, es que viajo solo y no vengo a hacer ningún recado para mi mamá, simplemente que antes me he mareado y necesito algo de azúcar, y venia a tomarme una cocacola y algo de chocolate.

El camarero, después de escucharme, soltó una carcajada y me dijo: En este bar no servimos de eso. Así que, como veo que está jugando a ser mayor, le serviré algo que toman los mayores.

Toma, todo listo, pruébalo y no le tengas miedo que esta bebida la tomaban los piratas. ¿O tú querías ser Peter Pan, como en la película?

Después de bebérmela, pensé que el camarero quería quedarse conmigo, o que llevaba unas copas de más, bastantes de más. Así que le dije: ¿Sabe porque está reduciendo el tren velocidad, acaso tiene que hacer alguna parada antes de llegar a Madrid?

Soltó otra carcajada y al ver mi cara de blanco como la cera y sorprendido a la vez me dijo: Supongo que tendrás un billetito ¿no? Quiero que me lo enseñes y comprobaré una cosa.

Saqué del bolsillo el billete, lo tenía guardado en un sobre así que se lo entregué. El camarero, después de abrirlo y de hacer un pequeño chasquido con los dientes, me dijo:

Ya sé porque está reduciendo velocidad el tren. Dentro de nada realizará la primera parada. Eso sí, no le quiero adelantar más. Tarde o temprano se saben las cosas.

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